Con Kate quisimos hacer el mapa pensando en nuestro recorrido de amistad. Cada una partió el trayecto desde su oreja, su propia historia (1). Luego nos encontramos en la boca (2), que fue cuando nos conocimos en la escuela. A este punto lo llamamos el “payaseo”, pues nos permitió recordar esa amistad que comenzamos en 6º básico y todas las experiencias buenas y malas que compartimos. Luego nos movimos hacia los ojos (3). Fueron los años que comenzamos a trabajar, decidimos emanciparnos y vivir juntas. Fue una etapa de abrir los ojos y empezar a vivir la amistad desde nuevas posibilidades y responsabilidades. Tras esa experiencia compartida nos separamos y situamos ese punto en diversos trazos (4). Cuando yo me vine a Barcelona, Kate siguió en Chile. Durante cuatro años estuvimos distanciada, por lo que cada una trazó su camino hasta que volvimos a reunirnos en esta cuidad, cuando ella se vino a vivir acá, el año pasado. Situamos este nuevo reencuentro en la frente (5) y lo pensamos como un punto de apertura y de nuevas posibilidades para comenzar a vivir nuestra amistad desde otros espacios, tiempos, ambientes, compañeros de vida, intereses e incertidumbres.
Soy Katerina, soy Chilena, vivo en Barcelona hace un año. Escribo. Con la Ross nos conocimos un fin de semana en la playa cuando la radio se prendía sola poseída, con canciones de Marilyn Manson. Somos amigas, fuimos convivientes, fuera de Chile, somos hermanas.