2014
Esta serie la desarrollé en base a los encuentros que compartí con Valentina durante nuestras entrevistas para mi investigación doctoral.
“Cuando conocí a Valentina tenia 29 años y hace siete que trabajaba como profesora de artes visuales en un colegio privado de Santiago de Chile. Sumado a las 30 horas de enseñanza artística era tutora de un 7º básico, situación que añadía más horas de tutorías, reuniones de coordinación y permanencias, transformando finalmente su horario laboral en jornada completa. Este aspecto, dentro de otras cosas de su trabajo, la tenía frustrada y agotada. Además, para no perder vínculo con su práctica artística, fuera del horario escolar acudía a un curso práctico llamado “libro de artista”, como una actividad que tomaba libremente y que utilizaba como estrategia para obligarse a desconectar con sus deberes docentes y conservar ese espacio de creación e introspección artística que tanto necesita y extrañaba. Para ella, estos espacios de experiencia artística, eran el motor de su práctica docente. A partir de este contexto, vivencia que ella misma mencionó como “crisis”, es, desde donde me introduje en su vida para acompañar-nos en comprender cómo conformaba su saber profesional”.